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A través del valor médico de IGF-1, sabemos que el papel de IGF-1 incluye promover el crecimiento y el desarrollo, inhibir la atrofia muscular, Promover el crecimiento muscular, y beneficia la salud ósea. Además de estos efectos, IGF-1 también tiene anti-envejecimiento, Anti-oxidación, inmunidad mejorada, Mejora de la capacidad de aprendizaje, y beneficios regulados del metabolismo de los lípidos y del metabolismo de los carbohidratos.
Un estudio de ocho sujetos deficientes en GH mostró que la administración de IGF-1 aumentó la oxidación de lípidos, Gasto energético, y resistencia a la insulina. Este efecto se debe a que el IGF-1 inhibe la secreción de insulina, que conduce a mejorar la lipólisis en el tejido adiposo y promueve la utilización muscular de ácidos grasos libres.
Aunque las células grasas maduras no son el objetivo de IGF-1, altas concentraciones de IGF-1 promover la secreción de IGF-1 por las células grasas, y IGF-1 implican en el metabolismo de los lípidos a través de su interacción con los receptores de insulina.
El tejido graso de las personas obesas produce citoquinas proinflamatorias que interfieren con la señalización nutricional normal., que conduce al síndrome metabólico. Los efectos antiinflamatorios de IGF-1 pueden proteger los tejidos en enfermedades crónicas como la obesidad de los efectos nocivos de los factores proinflamatorios.
Se ha demostrado que el llenado largo de telómeros en el ADN es un factor importante en la longevidad., y los niveles de IGF-1 se asocian con una mayor longitud de los telómeros en sujetos sanos de todas las edades y en hombres mayores.
IGF-1 aumenta la glutatión peroxidasa, Una enzima antioxidante importante que protege las células previniendo la muerte celular y aumentando el estado antioxidante. Produce efectos antioxidantes que protegen a las mitocondrias del daño oxidativo y aumentan la síntesis de ATP, Proporcionar al cuerpo energía y motivación para el movimiento.
IGF-1 es un promotor directo del crecimiento óseo. En mujeres mayores, niveles más altos de IGF-1 se asocian con una mayor densidad mineral ósea. Los efectos anabólicos de IGF-1 también promover la densidad ósea, y más masa muscular requiere una mayor fuerza ósea para soportarla.
IGF-1 circulante tiene importantes propiedades protectoras vasculares. Dado que los cambios cerebrovasculares tienen un papel claro en el deterioro cognitivo, niveles reducidos de IGF-1 en poblaciones de edad avanzada puede conducir a complicaciones vasculares que conducen a la disfunción cognitiva.